ya trazo en las paredes recuadros
para clavar mi tijera y abrir ventanas
estiro la mano y se me pegotea
de pelo, azúcar, café, ceniza y colonia
no siempre se calma el viento
ni cierra la misma que recién batía enloquecida su pliegue
todavía desde esta esquina
las vigilo impaciente agazapada junto al caño
quizás lo raro no sea la silla que se hamaca
sino las otras que se quedan quietas
y no cesan
2 comentarios:
Claro, porque no siempre uno se queda quieto, sino que los demás se mueven mas rápido.
Besos
sí y esa actitud, en apariencia, "pasiva" es lo que rompe con el estado de cosas, esp. "en estos días que corren mi amor" (como diría Fito, jaja)
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