miércoles, 21 de noviembre de 2007

incubada


ya trazo en las paredes recuadros
para clavar mi tijera y abrir ventanas

estiro la mano y se me pegotea
de pelo, azúcar, café, ceniza y colonia

no siempre se calma el viento
ni cierra la misma que recién batía enloquecida su pliegue

todavía desde esta esquina
las vigilo impaciente agazapada junto al caño

quizás lo raro no sea la silla que se hamaca
sino las otras que se quedan quietas

y no cesan

2 comentarios:

Naimad dijo...

Claro, porque no siempre uno se queda quieto, sino que los demás se mueven mas rápido.
Besos

olinda dijo...

sí y esa actitud, en apariencia, "pasiva" es lo que rompe con el estado de cosas, esp. "en estos días que corren mi amor" (como diría Fito, jaja)